descripción
Finca que consta de una magnífica villa construida en estilo renacentista en la segunda mitad del siglo XVII, dos edificios agrícolas, un granero, un invernadero de limón, una leñera y una iglesia con capilla privada con frescos en venta en Santa Croce sull'Arno.
La propiedad tiene una superficie total de aproximadamente 4.500 metros cuadrados.
La villa, cuerpo central de la finca, fue construida sobre una torre preexistente por iniciativa de Domenico Guerrini, de la que queda testimonio en el escudo heráldico colocado en lo alto de la entrada.
La marquesa Maria Ottavia Vettori Placidi lo convirtió en lugar de encuentro de artistas y hombres de letras. No es casualidad que aquí se alojara el pintor macchiaioli Cristiano Banti, nativo de Santa Croce sull'Arno, que había encontrado un importante mecenas en la marquesa.
La villa se distribuye en tres plantas y muestra un especial cuidado en el mobiliario.
La planta baja está ocupada por un gran salón con chimenea de pietra serena y dos habitaciones contiguas: la primera es un estudio muy refinado, convertido a partir de una capilla, mientras que la segunda es una sala de estar conectada a un cuarto de baño. El antebaño, adornado con un tapiz de motivos orientales, está decorado con gran atención al detalle.
La planta principal, a la que se accede por una escalera de pietra serena con bóveda de cañón, es realmente espléndida. La sala principal, con un pequeño balcón que domina el valle y desde el que se divisan las torres de San Mianiato, tiene las paredes totalmente pintadas al fresco con trampantojos que representan el paisaje circundante. El efecto de desmaterialización de las paredes es muy sugerente y se repite en la que probablemente sea la estancia más curiosa de la villa. El salón conduce, de hecho, a la presunta habitación de Cristiano Banti, quien probablemente intervino en su decoración pictórica.
El parque de la finca es muy extenso e incluye jardines y huertos, un jardín inglés, un lago natural, viñedos y olivares, con una superficie total de 45 hectáreas.
El jardín a la italiana de la parte trasera de la villa, que se puede admirar mejor desde los pisos superiores, es el elemento más llamativo.
Pasando por una pequeña puerta oculta por las plantas y recorriendo el circuito exterior del muro, adornado con un antiguo seto de boj, se llega a un "laberinto". El camino, que serpentea entre un bosque de encinas, está bordeado por setos bajos de laurel y conduce a la "cueva del ermitaño", San Benigno, protector de las jóvenes en edad de casarse, cuyos restos se conservan en la pequeña iglesia de la villa.